Acabo de terminar de leer el libro «El arte de la ficción» escrito por James Salter*. Últimamente prefiero leer la experiencia de otros escritores que sus novelas. De algún modo, necesito alimentarme, pero no en la forma o el cuerpo de su literatura, si no de su VIDA y experiencia, sus conocimientos y su forma de entender el hecho novelado.
Será porque vuelvo a estar en proceso de escritura de nueva novela… Con optimismo, escribir me ayuda a eludir muchas realidades noticiadas que circundan en la estatalizada vida público-política de pandemia, donde no hay otro tema de conversación. ¡Qué pesadez!
*James Salter (1925 – 2015) fue un novelista nacido en Estados Unidos. Antes de dedicarse a la escritura, fue oficial de carrera y piloto en las Fuerzas Aéreas de su país.
Abandonó la carrera militar en el año 1957 tras publicar su primera novela «The Hunters». En España, fue candidato al Premio Príncipe de Asturias en 2014.
El éxito de Nabokov en la novela
Casualmente, en la misma jornada escuché y leí una misma anécdota sobre Nabokov, su «Lolita» y cómo le sobrevino el éxito auténtico y sin paliativos. Leído fue por mí en el libro de Salter al que acabo de referirme; escuchado lo fue en la estupenda película de Isabel Coixet «La Librería». De algún modo, también ese hecho aleatorio me trae hasta aquí, para escribir y reflexionar sobre CÓMO ESCRIBIR UNA NOVELA y CÓMO HACER QUE LA GENTE LA LEA y, por ende, CÓMO ALCANZAR LA META DE (CASI) CUALQUIER ESCRITOR. Así, reflexionaré -espero con éxito- sobre ese proceso que no hay escritor que no haya intentado. Allá voy.
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La anécdota sobre Nabokov no deja de tener su «miga» pues cuando la conozcan, estarán conmigo en que es la mejor manera de que un escritor pueda trascender. No entraré en los motivos, más o menos espurios, de esa necesidad –que pueden ir desde un ego enorme hasta la necesidad de pagar facturas, o como en Anthohy Burgess, dejar alguna herencia a la que se suponía iba a ser su viuda (ver el video: Comparativa: La NARANJA MECÁNICA. Novela y Película)–. Sea como fuere, Nabokov no era un autor demasiado conocido cuando publicó su Lo-li-ta. Tuvo que llegar el célebre Graham Green (quien además de periodista y escritor, trabajó para el MI6, el servicio secreto británico) a publicar y recomendar en el Times a Lolita como una de las novelas del año. Y, alehop… Las Lolitas comenzaron a venderse sin freno… Si ven la película de Coixet entenderán el fenómeno… Todo un escándalo… además alimentado por una celebridad sobre las páginas de uno de los diarios más vendidos. Así es que ya saben, escritores en ciernes, ya no pueden llamar a Graham, pero si algún escritor avala su obra, es como ir a solicitar un crédito a un banco acompañado del heredero de Rockefeller.
Yo tuve suerte con mi primera novela y el gran Luis Antonio de Villena me recomendó con su prólogo. Nunca podré expresarle mi real agradecimiento. Si bien se lo he expresado en persona cada vez que nos hemos encontrado y por escrito cuando hemos cruzado algunas palabras. Vuelvo a aprovechar estas líneas para recordarlo. Gracias Luis Antonio. En mi caso, no era una artera maniobra de ambición. Creí que solo él, (tú) auténtico wildeano, podrías darle sentido y sensibilidad al prólogo y preparar al lector para lo que venía página tras página. Así lo hiciste.
Que hablen de ti, aunque sea mal (Eso lo dijo Óscar Wilde)
Este no es el caso exacto, pero sí es cierto que un best seller lo construyen los lectores. Las editoriales lo intentan, se supone que con todos los libros de su catálogo, gastan o invierten dinero en publicidad que, en ocasiones funciona (no podría suceder con todos por lógica matemática), pero son los lectores, en definitiva, los que dan el golpe para que ese alehop catapulte el brinco tan alto que le procure dar varias vueltas de campana, convertidas en segundas, terceras… ediciones.
Por esa razón, yo mismo, me pongo a veces un poco (bastante) pesado con el tema. Y es que oigo buenas críticas y saludables comentarios sobre mis escritos, pero es complicado que esas mismas personas lo escriban en sus redes sociales, si acaso las tienen. Ayer mismo, mi hermana me comentó que le había dicho no sé quién que se había acabado la novela y le había encantado… Sé que alguna mis novelas han pasado de mano en mano, por recomendación, y eso me hace feliz (me haría más feliz que la compraran 😀 ), pero es reconfortante saberlo. De hecho, Wilde Encadenado se puede leer en la biblioteca virtual ebiblio (de las Bibliotecas Públicas) con tan solo tener el carné de cualquier biblioteca española. ¡Gratis!
Consejos para escritores
Volviendo al libro de Salter y a sus consejos y recomendaciones para los escritores, principiantes o no, debo decir que es bastante recomendable. Se trata de la suma de diferentes conferencias pronunciadas en la Universidad de Virginia pocos meses antes de fallecer en el año 2015. Lúcido y con perspectiva, enseña mucho del oficio y de su experiencia, el más valioso legado que podemos dejar de la vida vivida.
Encontraremos entre sus páginas cómo trabajaban algunos escritores. Por ejemplo, cómo el gran Céline escribía en la cocina, sobre la mesa y tenía colgada una cuerda de tender la ropa donde tendía cada capítulo como si fuera la colada. Supongo que le hacía tener una perspectiva adecuada del trabajo; también habla Salter de la «voz» de los escritores, otra de las claves que hacen reconocer al lector el susurro en su mente en la composición de los paisajes, descripciones, personajes… Lo que le hace volver a leerle porque encuentra algo único y personal, como si te lo contara un amigo entrañable. En fin, no quiero desvelarles más, solo la recomendación de leer este libro que rezuma literatura y vida, que en muchos casos viene a ser lo mismo.