¿Tienes opinión o tienes que buscarla?
¿Qué has leído y qué opinión te merece eso que has leído?
¿Necesitas reafirmar tus pensamientos políticos?
No te preocupes. Estás de suerte. Hay un algoritmo universal que te ayudará.
Lo tienes entre tus manos. Se llama móvil (el del crimen) Y si eres más moderno y algo gilipollas, simplemente en tu cabeza resonará la palabra ‘smartphone’.
Me estás leyendo con ese artilugio en este momento 😛
Mola
No ha habido tanto esclavismo disfrazado de libertad como el que vivimos en la actualidad.
Desde hace décadas estamos vinculados al teléfono móvil. Nos da la hora, el tiempo meteorológico, los chats de los amigos, el acceso directo a las redes sociales, a navegar por internet, a ver las noticias…. ¡Alto! ¿Qué noticias? Muy simple, las noticias que queremos leer. O que creemos que queremos leer. No ha habido tanto esclavismo disfrazado de libertad como el que vivimos en la actualidad. Ni en la antigua Roma. Esa que Espartaco intentó quebrar… Pero no pudo, porque no tenía móvil, ni redes sociales, ni nada… ¿Dónde iba a llegar? jjj. 🌅
El fin de las cookies: 2023
Se dice que a partir de 2023 «los terceros» no podrán recopilar datos de las cookies. Ya sabes esas «galletitas» que se cuelan en tu ordenador… o lo que sea con lo que navegues en Internet y te va «espiando» para saber tus gustos, preferencias, etc. En fin, que serán los «terceros», pero las grandes multinacionales de la cosa seguirán viendo quién eres (o quién crees que eres) para seguir colándote lo que más rédito les produzca. Y para reafirmar tu presunta personalidad. Anuncios, opiniones políticas, literarias, sociológicas… y ese etcétera que es más denso que el propio universo, si acaso lo es.
La esclavitud del borrego colectivizado somos todos.
Nuestra actualidad gira en torno a lo intangible, que lo son los algoritmos, aunque creamos que somos libres para elegir y discernir. En ningún caso. No ocurrió antes, ni ocurrirá después. Solo somos libres en el pensamiento, no en la materia. Estamos atados a una cadena que otrora era sencilla de ver (colgaba de las muñecas de nuestros ancestros), ahora estamos atrapados en una tela de araña disimulada, más allá de hipotecas, impuestos para mantener castas desubicadas.
En mi libertad me fundo
Supongo que todo esto, tú, ustedes que me leen, ya lo sabían. Solo que hoy se me ha manifestado la necesidad de darle forma en estas palabras que redondean lo obvio, orbitando sobre algo que cuando ponga el punto final seguirá sucediendo… La esclavitud del borrego colectivizado somos todos.. Eso sí, como decía mi admirado Walt Whitman: En mi libertad me fundo. ¡Qué optimista! Por cierto, se dice que cuando Whitman se encontró con Óscar Wilde, se fundieron en un beso tierno, labial, efímero pero consistente. Probablemente apagaron sus móviles antes de hacerlo… (ironía activada).
Y, ahora sí, para terminar, recuerda: En 2030 «no tendrás nada y serás feliz«, que no lo digo yo, que lo dicen los del foro de Davos. Ya sabes, no te preocupes, hay buena gente que está pensando por ti.
Genial reflexión, señor.
Cuanta verdad!!!!!