Humor en la España de los años 30. Feminismo, estereotipos e inocencia

La documentación de una novela y las sorpresas que depara

Estoy en fase de búsqueda de documentación para un nuevo proyecto novelesco (con algún capítulo ya escrito y perfilando los personajes. ¡Qué aventura!) Será la tercera novela, que ya nace con la experiencia de todo lo aprendido, sobre todo de aquello que me han ido apuntando mis buenos lectores, los mejores críticos. Si estás leyendo estas palabras y recibes la alusión, ya sabes, dobles gracias.

En esa búsqueda, intentando entender el espacio-tiempo en el que me estoy involucrando, me topé con las imágenes que puedes ver bajo estas palabras. Sin duda, una de las que más llamó mi atención fue esta:

Bajo el lema «Feminismo» se dibujan los perfiles de dos damas propias de la Belle Époque. Una le pregunta a la otra: «¿De modo que acepta el cargo de tesorera de nuestra Asociación?»; a lo que la otra responde: «Con mucho gusto, marquesa. Ahora precisamente no sé qué hacer durante el día, porque tengo a mi hermano bastante enfermo, a papá ciego y a mamá paralítica». Lo firma Pilar y se publicó en el «Almanaque del buen humor», en la España de 1931. Costaba una peseta 😛 y esta era su portada, rescatada a los efectos de la Biblioteca Nacional de España.

Para mi, feminismo es igualdad, aunque creo que se ha llegado a utilizar de forma tan torticera y partidista que ese concepto, el de igualdad concomitante con el feminismo, es prácticamente irrecuperable

No cabe duda que el tema del feminismo no ha perdido vigencia, aunque ahora parezca que es un tema «novedoso». En mi Wilde encadenado, enmarcado a finales del siglo XIX, ahondaba sobre el tema en esa época. Vamos, que en el abstracto fondo no hay nada nuevo bajo el sol reivindicativo, salvo en las formas de enfrentamiento irracional y en los colorines que se le quiera aplicar al asunto, según ideologías y réditos políticos. Para mi, feminismo es igualdad, aunque creo que se ha llegado a utilizar de forma tan torticera y partidista que ese concepto, el de igualdad concomitante con el de feminismo, es prácticamente irrecuperable. Un error. Llevamos muchos, sin contar con los que nos regala la naturaleza o un complot o la vírica fuga por error de un laboratorio en Wuham… ¿Quién sabe? Yo, por supuesto, NO. I´m sorry.

Analicemos la viñeta, quizá no sea necesario. O sí, porque se puede interpretar de muchas maneras. A mi entender, es una crítica al «feminismo de postureo» dentro de una asociación, que hoy llamarían chiringuito. Todo ello en el marco de una clase pudiente, con el remate final de la importancia, en vacuidad, que da la interlocutora, con el sesgo que, como mujer, debería dar a ocupaciones importantes en el cuidado de seres allegados. La verdad es que tan pocas líneas del ¿chiste? dan para mucho, ¿Que no?

En ese proceso indagatorio que estoy emprendiendo para documentarme para esa nueva (y estupenda) novela 😀 Me está gustando saber cómo era aquella España de los 30, de ese siglo en el que nací y que ha girado tanto que no hay quien lo reconozca.

¿Cómo éramos? Creo que eso no te lo dicen los libros de Historia. Los escriben personas ideologizadas. La verdad, si acaso existe, es más probable encontrarla en los diarios y revistas de la época, los únicos medios de comunicación al alcance de consulta (Gracias, BNE, en este caso).

El retrato de nuestro costumbrismo ha quedado para islas de famosos con retardo o desquiciados en un plató televisivo enardeciendo a masas dormidas

Estas son otras interesantes imágenes que nos descubren una forma de pensar, en ese tiempo tan lejano. Juzga tú, a ver si encuentras las diferencias con nuestra acelerada realidad. Yo veo un alto grado de inocencia en comparación con las viñetas ahora dibujadas, casi siempre trazando la opinión sobre asuntos de actualidad política. El retrato de nuestro  costumbrismo ha quedado para islas de famosos con retardo o desquiciados en un plató televisivo enardeciendo a masas dormidas. Será porque lo es, el retrato de lo «actual», digo.

 

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